Lactancia materna en las primeras 48 horas: todo lo que necesitas saber

Las primeras 48 horas tras el parto sientan las bases para una lactancia materna satisfactoria. Durante esta fase, tu cuerpo produce calostro: un líquido espeso, de color amarillo dorado, lleno de nutrientes y anticuerpos. Está concentrado y perfectamente adaptado a tu bebé.

¿Sabías que el contacto piel con piel ayuda a iniciar la producción de leche y ayuda al bebé a encontrar el pezón? ¿Tu bebé sigue bebiendo de forma irregular? No te preocupes, es normal. Pide consejo a una asesora de lactancia o a tu enfermera de maternidad si las cosas no van bien. 

El contacto piel con piel no sólo es agradable, sino también funcional

  • Ayuda a tu bebé a mantenerse caliente.

  • Estimula la producción de leche a través de la hormona oxitocina.

  • Aumenta las posibilidades de que tu bebé encuentre el pecho de forma independiente y se agarre bien.

Intenta hacer el mayor contacto piel con piel posible en las primeras horas, y repítelo durante los primeros días.

Inmediatamente después del nacimiento, tu cuerpo produce calostro. Este líquido espeso, de color amarillo dorado, contiene nutrientes y anticuerpos que protegen al bebé de las infecciones.

  • Es rico en proteínas y bajo en grasas, lo que facilita su digestión.

  • Actúa como una primera vacuna natural.

  • Incluso unas pocas gotas son suficientes para el diminuto estómago de un recién nacido.

💡 Consejo: No te desanimes si al principio sólo ves un poco, ¡es normal y lo justo para tu bebé!

Al principio, los bebés beben de forma irregular y a veces sólo brevemente. Esto es normal.

  • Acuesta a tu bebé con la mayor frecuencia posible, al menos entre 8 y 12 veces en 24 horas.

  • Presta atención a las señales que indican que tu bebé quiere beber: movimientos de búsqueda con la boca, succión de las manos o movimientos inquietos.

  • Asegúrate de que el enganche sea indoloro; si sientes dolor, pide ayuda inmediatamente.

Desafíos comunes en los primeros días

  • Dolor en los pezones: puede deberse a una alimentación incorrecta.

  • Bebé dormilón: a veces es necesario despertar activamente al bebé para alimentarlo durante los primeros días.

  • Incertidumbre sobre la producción de leche: recuerda que el calostro es concentrado y que el estómago de tu bebé es diminuto.

Consejos prácticos para un comienzo relajado

  1. Aliméntese a demanda, no en función del reloj.

  2. Descansa y limita las visitas para poder centrarte en la recuperación y la alimentación.

  3. Bebe y come bien, tu cuerpo consume mucha energía.

  4. Pide ayuda con las tareas domésticas para poder centrarte en tu bebé.

Las primeras 48 horas son intensas y a veces abrumadoras, pero recuerda: la lactancia es un proceso de aprendizaje para ambos. Confía en tu cuerpo, sé amable contigo misma y busca apoyo cuando lo necesites. Un buen comienzo no significa que todo tenga que ser perfecto de inmediato. Significa tomarse el tiempo necesario para crecer juntos. Tú puedes, mamá.

Publicación del blog-primeras48horas

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